La Morosidad en España ¿Cómo afrontarla?

Ese inquilino que no paga sus mensualidades, ese cliente que se hace el “sueco” para pagarnos sus facturas, ese préstamo que no se devuelve…

Todos conocemos este tipo de situaciones, por desgracia, normales en nuestro día a día, y sabemos que las soluciones muchas veces se prolongan bastante en el tiempo, cuando se puede solucionar. Lo peor de todo es que, honestamente, no parece que vaya a ir a mejor el tema en el corto plazo, sino todo lo contrario, habida cuenta del clima de grave crisis económica que llega a nuestro país.

Pero claro, no podemos abstenernos de realizar operaciones monetarias, sobre todo los que trabajamos por cuenta propia. La mejor solución es siempre prevenir, y para ello hay que intentar comprobar las referencias de las empresas o personas con las que vamos a trabajar, tener cuidado a la hora de dilatar cobros, documentar todas las operaciones y conversaciones al milímetro…

Aún con todas las precauciones del mundo, en algún momento los impagos aparecerán, y entonces tendremos que lidiar con ello. La primera opción serán las gestiones “amistosas” y alguna advertencia por medio de burofax. Si lo anterior no funciona, se podrá proceder a suspender el servicio que prestamos (cuando tenga sentido) o a anotar a la persona o entidad morosa en un fichero tipo ASNEF, como medidas de presión. En última instancia, siempre estará la opción de la reclamación judicial, la más lenta, pero a veces simplemente es necesaria.

En cualquier caso, es un tema peliagudo y que no siempre se va a poder cubrir de forma totalmente satisfactoria, por ello, lo mejor es contar con el asesoramiento de un profesional especializado en la materia si es posible.