Arbitraje ¿Por qué no lo usamos más?

En España nos gusta la “gresca”, es evidente; preferimos embarcarnos en largas y costosas aventuras judiciales en lugar de buscar vías alternativas de resolución de conflictos. Luego nos quejamos de que la justicia va lenta, lo cierto es que si va lenta es porque está saturada.

El arbitraje es un sistema de resolución de disputas comerciales alternativo a los tribunales de justicia. La Corte Española de Arbitraje ofrece un servicio excelente de resolución de disputas comerciales, con arreglo a los más altos estándares de independencia, transparencia y eficiencia.

El proceso arbitral termina con un laudo arbitral, que es el equivalente a una sentencia, y, por lo tanto, tiene fuerza de cosa juzgada. Además, el procedimiento arbitral es más sencillo y rápido que el judicial; y permite más flexibilidad a las partes, ya que pueden elegir los árbitros, el idioma del procedimiento, el partido…

Eso sí, para recurrir a esta vía de resolución de conflictos, ambas partes deben acordarlo y plasmarlo por escrito.

En resumen, es una figura un tanto desconocida en España y que no se puede recurrir a ella en todas las materias, pero que no debería descartarse tan fácilmente en favor de un costoso y largo procedimiento judicial.